Casi todas las variables ya son conocidas a excepción de "n" que indica el
número de pasos en los que se descompone el proceso binomial. En resumen, la
expresión considera que la opción vale simplemente el valor actual de los flujos de
caja esperados a lo largo de un árbol binomial con n pasos, cuyos principales supuestos
básicos son:
1º. La distribución de los precios de las acciones es una binomial multiplicativa.
2º. Los multiplicadores U y D (y, por ende, las varianzas de los rendimientos)
son los mismos en todos los períodos.
3º. No hay costes de transacción, por lo que se puede establecer una cobertura
sin riesgo para cada período entre la opción y el activo sin necesidad
de realizar ningún coste irrecuperable.
4º. Los tipos de interés sin riesgo se suponen constantes.
Es importante recalcar que no es necesario asumir que los inversores tengan
una determinada actitud hacia el riesgo, de hecho el modelo supone una neutralidad
ante el riesgo porque se puede construir una cartera de arbitraje que elimina
totalmente el riesgo de la inversión. Si el valor de la opción no coincide con
éste, entonces se puede conseguir un beneficio sin riesgo.
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