En la figura 1 se muestran ambas alternativas y es fácil darse cuenta de que
si el precio del apartamento dentro de un año (S*) es mayor que el precio de ejercicio
de la opción (X), da igual cuál sea la alternativa elegida pues transcurrido un
año el flujo de caja de ambas es el mismo, es decir, S* (420.000 euros en nuestro
ejemplo). Ahora bien, si el precio del apartamento se situase por debajo del precio
de ejercicio (un precio de 380.000 euros en nuestro caso), la alternativa "a" recibiría
un flujo de caja igual a S* (380.000 euros) mientras que la "b" lo tendría igual a X
(400.000 euros); por lo tanto, en éste caso se recibiría un mayor flujo con la alternativa
"b". Así, pues, parece lógico suponer que ésta última alternativa deberá tener
un valor, al menos, igual o superior al de la "a", puesto que los flujos de caja que
produce también son iguales o superiores
De esta manera, en nuestro ejemplo sabemos que la opción de adquirir el
apartamento deberá valer, como mínimo, 3.084,62 euros. A través de este ejemplo
hemos podido comprobar como el valor de una opción depende de una serie de factores
como son: el valor de mercado del activo, el precio de ejercicio, el tipo de interés,
el tiempo hasta el vencimiento, la volatilidad del activo subyacente y los dividendos
o intereses que proporcionará dicho activo. Dichos factores van a ser analizados
en el epígrafe siguiente.
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