miércoles, 9 de mayo de 2012

OPCIONES - INTRODUCCIÓN (II)

En otras palabras, las acciones subyacentes raramente serán compradas o vendidas por el poseedor de la opción, por ello el número de acciones sobre las que se pueden ejercer las opciones puede exceder al número de acciones realmente emitidas. Si todas las opciones se ejerciesen podría ocurrir que no hubiese suficientes acciones para ello pero, debido a que sólo es ejercida una pequeña fracción de las opciones, el volumen de las acciones que podrían ser adquiridas a través de las opciones existentes, puede ser más alto que el volumen de las acciones subyacentes realmente emitidas.
Las opciones pueden llegar a no tener ningún valor si el precio de las acciones se ha movido en dirección contraria a las expectativas del adquirente en la fecha en la que expira la opción. Esta es otra diferencia en relación con las acciones ordinarias las cuales carecerán de valor cuando las deudas superen a los activos de la compañía. En contraste, una opción de compra o venta puede tener un valor nulo cualquiera que sea el grado de solvencia de la compañía propietaria del título subyacente (precisamente en esto radica su mayor riesgo).
Las opciones también le dan al inversor la posibilidad de variar el riesgo de las acciones en ambas direcciones. Es decir, el inversor puede aumentar o disminuir el rendimiento y riesgo esperados operando con opciones. Por ejemplo, las compañías de seguros, tradicionalmente adversas al riesgo, son frecuentes vendedores o emisores (writers) de opciones de compra (call); al poseer acciones y, simultáneamente, emitir opciones de compra sobre ellas, pueden reducir su riesgo por debajo del que tendrían si sólo poseyesen acciones.
Por último, como en todo mercado financiero organizado, el emisor (vendedor) de la opción y el comprador de la misma no se conocen, actuando como intermediarios la Cámara de Compensación (Clearing house), los intermediarios o brokers y los creadores de mercado

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