El neologismo "titulización" ("securitization" en inglés) define un procedimiento por el cual determinados activos ilíquidos - reales o financieros - son transformados en activos financieros líquidos para su negociación primaria y secundaria en el mercado de capitales.
El procedimiento consiste en agrupar determinados activos reales (inmuebles, recursos forestales, ganado, participaciones en proyectos de inversión, etc.) o activos financieros (derechos de cobro en general, es decir (a) derechos creditorios: títulos valores, hipotecas, prendas, facturas comerciales, cupones de tarjetas de crédito, cheques de pago diferido; alquileres, etc.; y (b) derechos de cobro que no consisten en créditos: peaje de autopistas, entradas a espectáculos públicos, ventas al contado, etc.) según ciertas condiciones de homogeneidad, formando un "paquete" sobre el cual se adquieren fondos del mercado por parte del titular de esos activos mediante la emisión de valores mobiliarios que dan un derecho de participación sobre esos activos.
Desde el punto de vista económico es una forma de acelerar el ciclo del flujo de distintos negocios, obteniéndose recursos líquidos a través del proceso arriba descripto.
Situándonos en el campo del financiamiento empresarial, la titulización representa una tercera vía para la obtención de recursos. A las dos vías tradicionales – aportes de capital a través de la emisión de acciones, o financiación a título de préstamo (donde se incluye a la emisión de obligaciones negociables) – se agrega la negociación de derechos de cobro (ingresos futuros por diversos conceptos) a través de la titulización. Esta tercera vía implica lo que se denomina un financiamiento fuera de balance, puesto que al ser los activos titulizados la única fuente de pago de los títulos emitidos, la empresa titulizante no aumenta su pasivo, ya que en rigor no hay deuda: la contraprestación del ingreso de fondos está dada por la transferencia de los activos titulizados al vehículo elegido.
Un punto central en el tema de la titulización es la afectación de los activos que respaldan el pago de los valores colocados en el mercado, separándolos tanto del patrimonio de la empresa que los genera como de la entidad que lleva a cabo la titulización. Además, la transferencia de los activos debe ser inatacable en caso de falencia del originante de los mismos. La importancia de esto radica en que si los activos a titulizar no constituyen un patrimonio autónomo, al riesgo propio de tales activos se sumaría el de confundibilidad patrimonial, doble riesgo que los inversores no estarán en condiciones de absorber salvo a un elevado costo que abortará la transacción. Por ello es necesario que la ley contemple un vehículo para la titulización, entendiéndose por tal un instrumento legal que permita crear un patrimonio de afectación, constituído básicamente por los activos a titulizar.
Tales vehículos son los fondos comunes de inversión (regidos por la Ley 24.083) y los fideicomisos financieros (Ley 24.441), que determinan las siguientes posibilidades:
Apuntes de Finanzas, administracion financiera Capitales, manejo de Activos y Contabilidad
martes, 20 de marzo de 2012
lunes, 19 de marzo de 2012
Conclusiones Derivados
La función de los derivados es la de ofrecer un mecanismo a partir del cual se permita la transferencia de riesgos entre partes. En este trabajo se ha introducido los conceptos básicos, su valuación y mercado.
Es importante remarcar que la transferencia de riesgos hacia el mercado financiero sin una correcta especificación de la calidad de los mismos ha generado una subestimación de los riesgos de distintas entidades con la consecuente caída de importantes participantes del mercado en la crisis financiera de 2008. Queda abierto entonces para futuros trabajos relacionados con este tema el profundizar acerca de los errores cometidos en el uso de derivados y del modo correcto de regular la utilización de estos instrumentos con el fin de que la transferencia del riesgo no implique el desconocimiento del mismo.
Es importante remarcar que la transferencia de riesgos hacia el mercado financiero sin una correcta especificación de la calidad de los mismos ha generado una subestimación de los riesgos de distintas entidades con la consecuente caída de importantes participantes del mercado en la crisis financiera de 2008. Queda abierto entonces para futuros trabajos relacionados con este tema el profundizar acerca de los errores cometidos en el uso de derivados y del modo correcto de regular la utilización de estos instrumentos con el fin de que la transferencia del riesgo no implique el desconocimiento del mismo.
domingo, 18 de marzo de 2012
Gestión de Riesgos (II)
El derivado climático es una alternativa que las compañías reaseguradoras utilizan para mitigar su riesgo y encontrar capacidad en el mercado financiero cuando su riesgo está asociado al comportamiento climático. Sin embargo, no puede hablarse aún de que estos contratos sustituyan a los contratos de reaseguro habituales
porque el vacío legal existente no permite considerar estos instrumentos como cobertura y, en consecuencia, se requiere del reaseguro para contar con la capacidad de suscripción de riesgos más allá de lo que el capital propio de la empresa permite.
Finalmente, es importante mencionar cuál es la ventaja de que estos instrumentos se negocien en el mercado financiero, más allá de las alternativas mencionadas en donde lo que se cubre es un daño que ocurre por fuera del mismo. Tal como mencionan Müller y Grandi (2000) la existencia de estas herramientas tiene relación
con el hecho de que no se sabe cómo va a comportarse el clima en el futuro.
Y que el administrar el riesgo va a permitir estabilizar los resultados frente a las condiciones cambiantes del clima. Esto último, entonces, va a reflejarse también en la percepción que el accionista tiene del negocio. Y cuanto mayor sea la estabilidad que el inversor perciba (lo que implica menor riesgo), menor será también la exigencia de retorno a su inversión, el precio de las acciones tenderá a ser más alto y el financiamiento con capital propio más económico.
Desde la perspectiva de un administrador de carteras, entonces, la existencia de un mercado estandarizado de derivados climáticos le permitirá una mayor distribución del riesgo desde dos perspectivas distintas. En primer lugar, si es poseedor de acciones de una empresa cuyos resultados dependen del clima y la misma no se encuentra cubierta, podrá él tomar la cobertura en el mercado de derivados. Así, un impacto económico desfavorable que disminuya los resultados de la empresa y, en consecuencia, el nivel de dividendos y la caída del precio de la acción podrá compensarse con el resultado obtenido por la posición elegida en el instrumento. En segundo lugar, de acuerdo a Jewson (2004), si la estructura de su cartera es “neutral” al clima, la baja correlación entre los mercados financieros y el comportamiento climático le permitirá una mayor
diversificación del riesgo.
porque el vacío legal existente no permite considerar estos instrumentos como cobertura y, en consecuencia, se requiere del reaseguro para contar con la capacidad de suscripción de riesgos más allá de lo que el capital propio de la empresa permite.
Finalmente, es importante mencionar cuál es la ventaja de que estos instrumentos se negocien en el mercado financiero, más allá de las alternativas mencionadas en donde lo que se cubre es un daño que ocurre por fuera del mismo. Tal como mencionan Müller y Grandi (2000) la existencia de estas herramientas tiene relación
con el hecho de que no se sabe cómo va a comportarse el clima en el futuro.
Y que el administrar el riesgo va a permitir estabilizar los resultados frente a las condiciones cambiantes del clima. Esto último, entonces, va a reflejarse también en la percepción que el accionista tiene del negocio. Y cuanto mayor sea la estabilidad que el inversor perciba (lo que implica menor riesgo), menor será también la exigencia de retorno a su inversión, el precio de las acciones tenderá a ser más alto y el financiamiento con capital propio más económico.
Desde la perspectiva de un administrador de carteras, entonces, la existencia de un mercado estandarizado de derivados climáticos le permitirá una mayor distribución del riesgo desde dos perspectivas distintas. En primer lugar, si es poseedor de acciones de una empresa cuyos resultados dependen del clima y la misma no se encuentra cubierta, podrá él tomar la cobertura en el mercado de derivados. Así, un impacto económico desfavorable que disminuya los resultados de la empresa y, en consecuencia, el nivel de dividendos y la caída del precio de la acción podrá compensarse con el resultado obtenido por la posición elegida en el instrumento. En segundo lugar, de acuerdo a Jewson (2004), si la estructura de su cartera es “neutral” al clima, la baja correlación entre los mercados financieros y el comportamiento climático le permitirá una mayor
diversificación del riesgo.
sábado, 17 de marzo de 2012
Gestión de Riesgos (I)
Cuando se piensa en una cobertura en donde la relación entre el clima y el daño es directa, como en el caso de una cosecha, la existencia de un contrato (opción) que genere un determinado ingreso de fondos cuando el índice escogido tome un valor dado no parece tener valor agregado alguno. Sin embargo, posiblemente al
comparar el precio del seguro con la prima del contrato ésta última pueda resultar menor. ¿La razón? El precio del seguro, en su cálculo, está teniendo en cuenta el riesgo moral y de selección adversa que no tiene el derivado: el hecho de que el pago sea contingente a un valor objetivo que puede tomar el índice y que no dependa de las características del tomador hace que estos dos riesgos se eliminen. Bajo esta idea, han surgido en el mercado también seguros paramétricos: para que exista pago, un índice elegido debe tomar determinado valor y debe mostrarse que ese valor del índice implica un daño. Caso contrario, no podría estar hablándose de un seguro dado que no existiría interés asegurable. Los seguros paramétricos, entonces, podrían fácilmente reemplazar a los derivados climáticos cuando de cobertura radicional se trata. Sin embargo, la ventaja de los instrumentos que se introducen en este trabajo está en que, al no requerir interés asegurable de parte del tomador de una determinada posición permite extender la cobertura hacia actividades en donde la medición del daño es un poco más compleja. Un ejemplo que plantea un artículo de CME es el caso de una empresa canadiense dedicada a la construcción de automóviles para nieve que en 1998 ofrecía a los compradores de sus productos un reintegro de $1000 si ese invierno la nevada no superaba determinado nivel: esta estrategia de marketing no era otra cosa que la venta implícita de un put sobre un índice climático a todos aquellos que adquirieran su producto. Esto no hubiera podido lograrse con una cobertura tradicional.
Además de la flexibilidad mencionada en el párrafo anterior, es también importante el papel que juegan estos instrumentos en los casos en donde el riesgo del resultado de un negocio no es el riesgo de precio sino el riesgo de volumen. Es por esta razón que los principales participantes dentro de este mercado han sido, y son, empresas vinculadas con el mercado energético. Una de las características del mercado eléctrico es que la demanda es inelástica y existe una correlación positiva entre el precio de la electricidad y su demanda (cuanto mayor la temperatura, mayor la demanda de energía y también mayor el precio). Asimismo, no
existe para el distribuidor posibilidad de mantener un determinado stock de seguridad.
Hay entonces una doble incertidumbre: el riesgo de precio (en este caso el precio que va a pagar al generador) y el riesgo de demanda (lo que van a exigirl los consumidores finales, en general, bajo un precio que se mantiene constante en el período y que no puede modificar en forma directa respecto al valor que está pagando). El riesgo de precio puede cubrirlo también dentro del mercado de derivados a través de derivados energéticos. El riesgo de demanda no puede cubrirse de manera completa pero, sabiendo la correlación existente entre la demanda y la temperatura puede estructurarse la cobertura. Así, puede estructurarse un derivado en donde se pague determinada cantidad de dinero por cada día del mes que supere una temperatura determinada como crítica (se trataría de un Call).
En consecuencia, cuando al generador deba abonársele un importe adicional por superar el nivel demandado, este resultado podrá ser compensando con el importe percibido en el derivado.
comparar el precio del seguro con la prima del contrato ésta última pueda resultar menor. ¿La razón? El precio del seguro, en su cálculo, está teniendo en cuenta el riesgo moral y de selección adversa que no tiene el derivado: el hecho de que el pago sea contingente a un valor objetivo que puede tomar el índice y que no dependa de las características del tomador hace que estos dos riesgos se eliminen. Bajo esta idea, han surgido en el mercado también seguros paramétricos: para que exista pago, un índice elegido debe tomar determinado valor y debe mostrarse que ese valor del índice implica un daño. Caso contrario, no podría estar hablándose de un seguro dado que no existiría interés asegurable. Los seguros paramétricos, entonces, podrían fácilmente reemplazar a los derivados climáticos cuando de cobertura radicional se trata. Sin embargo, la ventaja de los instrumentos que se introducen en este trabajo está en que, al no requerir interés asegurable de parte del tomador de una determinada posición permite extender la cobertura hacia actividades en donde la medición del daño es un poco más compleja. Un ejemplo que plantea un artículo de CME es el caso de una empresa canadiense dedicada a la construcción de automóviles para nieve que en 1998 ofrecía a los compradores de sus productos un reintegro de $1000 si ese invierno la nevada no superaba determinado nivel: esta estrategia de marketing no era otra cosa que la venta implícita de un put sobre un índice climático a todos aquellos que adquirieran su producto. Esto no hubiera podido lograrse con una cobertura tradicional.
Además de la flexibilidad mencionada en el párrafo anterior, es también importante el papel que juegan estos instrumentos en los casos en donde el riesgo del resultado de un negocio no es el riesgo de precio sino el riesgo de volumen. Es por esta razón que los principales participantes dentro de este mercado han sido, y son, empresas vinculadas con el mercado energético. Una de las características del mercado eléctrico es que la demanda es inelástica y existe una correlación positiva entre el precio de la electricidad y su demanda (cuanto mayor la temperatura, mayor la demanda de energía y también mayor el precio). Asimismo, no
existe para el distribuidor posibilidad de mantener un determinado stock de seguridad.
Hay entonces una doble incertidumbre: el riesgo de precio (en este caso el precio que va a pagar al generador) y el riesgo de demanda (lo que van a exigirl los consumidores finales, en general, bajo un precio que se mantiene constante en el período y que no puede modificar en forma directa respecto al valor que está pagando). El riesgo de precio puede cubrirlo también dentro del mercado de derivados a través de derivados energéticos. El riesgo de demanda no puede cubrirse de manera completa pero, sabiendo la correlación existente entre la demanda y la temperatura puede estructurarse la cobertura. Así, puede estructurarse un derivado en donde se pague determinada cantidad de dinero por cada día del mes que supere una temperatura determinada como crítica (se trataría de un Call).
En consecuencia, cuando al generador deba abonársele un importe adicional por superar el nivel demandado, este resultado podrá ser compensando con el importe percibido en el derivado.
viernes, 16 de marzo de 2012
Valuación (IV)
Nuevamente, el inconveniente principal de esta valuación es el de ignorar los cambios que experimentó el clima entre el momento del cual se dispone la información y el momento para el cual se está calculando la distribución. Si bien se habla de aleatoriedad del indicador se ignora la existencia de tendencia o de comportamientos cíclicos (por ejemplo, el caso de “El Niño”).
La problemática anterior puede entenderse de dos modos posibles: estimando la tendencia y calculando la distribución sobre los índices netos de tendencia o bien a partir de la definición de un proceso estocástico que modele el comportamiento de la temperatura en función del tiempo. Considerando la información disponible
no se procede a entender a la variable independientemente del tiempo sino que se va a entender que la distribución de probabilidades de la variable para cada uno de los días estudiados tendrá un componente determinístico y otro componente estocástico.
Hay ciertas características a tener en cuenta en la gestión de riesgo utilizando estos instrumentos. En primer lugar, el comportamiento de la temperatura deberá contener un componente cíclico debido a la oscilación presentada por esta variable de acuerdo a la época del año que se observe. Asimismo, en la mayoría de las
aplicaciones (Alaton, Stillberger, Djehiche (2002), Tindall (2006), Jewson (2004)) el calentamiento global se manifiesta en una tendencia creciente y lineal de la temperatura con el paso del tiempo. Por último, si bien puede presentar oscilaciones diarias, el componente estocástico de la temperatura debe revertir a la media: no puede alejarse por un período largo del tiempo de su valor esperado.
En función de las características mencionadas, es usual considerar como válido para la modelización de datos el proceso de Ornstein-Uhlenbeck, al cual se le adiciona un factor para la reversión a la media.
La problemática anterior puede entenderse de dos modos posibles: estimando la tendencia y calculando la distribución sobre los índices netos de tendencia o bien a partir de la definición de un proceso estocástico que modele el comportamiento de la temperatura en función del tiempo. Considerando la información disponible
no se procede a entender a la variable independientemente del tiempo sino que se va a entender que la distribución de probabilidades de la variable para cada uno de los días estudiados tendrá un componente determinístico y otro componente estocástico.
Hay ciertas características a tener en cuenta en la gestión de riesgo utilizando estos instrumentos. En primer lugar, el comportamiento de la temperatura deberá contener un componente cíclico debido a la oscilación presentada por esta variable de acuerdo a la época del año que se observe. Asimismo, en la mayoría de las
aplicaciones (Alaton, Stillberger, Djehiche (2002), Tindall (2006), Jewson (2004)) el calentamiento global se manifiesta en una tendencia creciente y lineal de la temperatura con el paso del tiempo. Por último, si bien puede presentar oscilaciones diarias, el componente estocástico de la temperatura debe revertir a la media: no puede alejarse por un período largo del tiempo de su valor esperado.
En función de las características mencionadas, es usual considerar como válido para la modelización de datos el proceso de Ornstein-Uhlenbeck, al cual se le adiciona un factor para la reversión a la media.
jueves, 15 de marzo de 2012
Valuación (III)
La lógica de este método de valuación es consistente con la teoría actuarial. Para la estimación de cada uno de sus componentes se considera la información histórica disponible, se calcula el fl ujo de fondos que hubiera correspondido a cada período y se deriva una función de distribución. Esta función de distribución o bien se utiliza como función empírica para realizar los cálculos o bien se asimila a una función de distribución usual a partir de técnicas de ajustamiento. Uno de los principales riesgos al trabajar con esta metodología es que pondera de igual manera la información histórica más reciente respecto de la anterior. Y el factor tiempo infl uye de manera tendencial en los índices climáticos, pudiendo no resultar representativa de la distribución futura una basada en observaciones de muchos años hacia atrás.
Debe lograrse entonces un objetivo entre signifi catividad estadística en términos de observaciones y también respecto a la capacidad para refl ejar el comportamiento futuro. A fi n de evitar esta última desventaja, existen modelos en donde se propone la incorporación de pronósticos respecto al comportamiento futuro del clima. Aquí, no sólo debe verifi carse la veracidad de la información en la cual descansa la estimación sino la credibilidad de estos pronósticos. La disponibilidad de información no es un tema menor al momento de la valuación. La segunda alternativa para determinar el precio de una opción sobre índices climáticos es considerar el comportamiento estocástico del índice, y, a partir del mismo, inferir el flujo de fondos que generará. Trabajos publicados por el CME muestran como alternativa para la valuación derivar la función de densidad del indicador (HDDs, CDDs) y considerar el valor esperado del pay off como la integral, para todo el dominio, de la función de densidad por el valor del pay off correspondiente:
Debe lograrse entonces un objetivo entre signifi catividad estadística en términos de observaciones y también respecto a la capacidad para refl ejar el comportamiento futuro. A fi n de evitar esta última desventaja, existen modelos en donde se propone la incorporación de pronósticos respecto al comportamiento futuro del clima. Aquí, no sólo debe verifi carse la veracidad de la información en la cual descansa la estimación sino la credibilidad de estos pronósticos. La disponibilidad de información no es un tema menor al momento de la valuación. La segunda alternativa para determinar el precio de una opción sobre índices climáticos es considerar el comportamiento estocástico del índice, y, a partir del mismo, inferir el flujo de fondos que generará. Trabajos publicados por el CME muestran como alternativa para la valuación derivar la función de densidad del indicador (HDDs, CDDs) y considerar el valor esperado del pay off como la integral, para todo el dominio, de la función de densidad por el valor del pay off correspondiente:
miércoles, 14 de marzo de 2012
Valuación (II)
En general, la manera de enfrentarnos a la valuación puede ser:
A partir de considerar la distribución del pay off
Considerando el comportamiento estocástico del índice
Al trabajar a partir de las estimaciones de pay off la técnica se asimila a la que tiene lugar en las compañías aseguradoras. Cuando se calcula la prima de un contrato de seguros, hay dos componentes que no pueden obviarse: la prima pura (que refleja la esperanza matemática de las erogaciones en caso de siniestro) y el
recargo por riesgo (que representa una carga adicional para los desvíos que puedan presentarse respecto de esa media matemática). Siguiendo esa idea, la alternativa más sencilla para valuar el derivado climático es calcular su valor como la esperanza matemática del valor del derivado más un premio por riesgo o recargo de
seguridad vinculado a la variabilidad.
La primera alternativa que considera Zeng (2000) consiste en una valuación de tipo:
A partir de considerar la distribución del pay off
Considerando el comportamiento estocástico del índice
Al trabajar a partir de las estimaciones de pay off la técnica se asimila a la que tiene lugar en las compañías aseguradoras. Cuando se calcula la prima de un contrato de seguros, hay dos componentes que no pueden obviarse: la prima pura (que refleja la esperanza matemática de las erogaciones en caso de siniestro) y el
recargo por riesgo (que representa una carga adicional para los desvíos que puedan presentarse respecto de esa media matemática). Siguiendo esa idea, la alternativa más sencilla para valuar el derivado climático es calcular su valor como la esperanza matemática del valor del derivado más un premio por riesgo o recargo de
seguridad vinculado a la variabilidad.
La primera alternativa que considera Zeng (2000) consiste en una valuación de tipo:
martes, 13 de marzo de 2012
Valuación (I)
Dada una visión integrada del riesgo, los derivados climáticos son una posible respuesta a los riesgos originados por la incertidumbre climática. El contar con una cobertura apropiada implica un costo pero, de acuerdo a como esté correlacionado el riesgo con el resultado, el decisor considerará oportuno, o no, incurrir en él. Un punto importante será entonces determinar cuál es el precio correcto de los contratos anteriormente mencionados. A partir de este objetivo, gran parte de la bibliografía se ha centrado en examinar las distintas alternativas de valuación de los instrumentos derivados.
La similitud de estos contratos con los derivados fi nancieros puede sugerir la posibilidad de asimilar, a su vez, las técnicas de valuación. Sin embargo, la principal diferencia radica en que el activo subyacente en este caso no se negocia en el mercado, no pudiendo utilizar el modelo de Black & Scholes puesto que éste sustenta en replicar el pay off del derivado actuando dentro del mercado de activos. Todo modelo cuyas conclusiones estén basadas en demostrar que el precio justo es aquel que no permite arbitrar en el mercado pierde sentido al no ser el índice climático un producto transable. Y esta es la primera difi cultad que puede encontrarse al valuar estos instrumentos.
Algunos autores (Jewson y Zervos (2003)) han trabajado sobre modelos de mercado asumiendo liquidez en el mercado de Swaps climáticos. Calculan el precio de una opción generando una estrategia de no arbitraje entre la opción y los swaps negociados en el mercado; dando lugar a un modelo similar al modelo de Black. El problema que aún se presenta es que los mercados no son los sufi cientemente líquidos como para dar soporte a estos modelos propuestos.
La alternativa que se maneja usualmente, es la de utilizar técnicas actuariales en la valuación. De la misma manera que ocurre con las primas de los contratos de seguro, para valuar el contrato se recurre a información histórica que permita encontrar una regularidad estadística y, por lo tanto, otorgue una probabilidad de ocurrencia a cada escenario. En este caso, entonces, el problema será conocer cómo trabajar con estos
datos y qué tipo de datos resultan confi ables. Al utilizar técnicas actuariales, tendremos en cuenta entonces información del pasado para otorgar un valor justo a una contingente erogación de fondos futura. El componente estocástico de estos instrumentos será el valor que tome el índice climático.
La similitud de estos contratos con los derivados fi nancieros puede sugerir la posibilidad de asimilar, a su vez, las técnicas de valuación. Sin embargo, la principal diferencia radica en que el activo subyacente en este caso no se negocia en el mercado, no pudiendo utilizar el modelo de Black & Scholes puesto que éste sustenta en replicar el pay off del derivado actuando dentro del mercado de activos. Todo modelo cuyas conclusiones estén basadas en demostrar que el precio justo es aquel que no permite arbitrar en el mercado pierde sentido al no ser el índice climático un producto transable. Y esta es la primera difi cultad que puede encontrarse al valuar estos instrumentos.
Algunos autores (Jewson y Zervos (2003)) han trabajado sobre modelos de mercado asumiendo liquidez en el mercado de Swaps climáticos. Calculan el precio de una opción generando una estrategia de no arbitraje entre la opción y los swaps negociados en el mercado; dando lugar a un modelo similar al modelo de Black. El problema que aún se presenta es que los mercados no son los sufi cientemente líquidos como para dar soporte a estos modelos propuestos.
La alternativa que se maneja usualmente, es la de utilizar técnicas actuariales en la valuación. De la misma manera que ocurre con las primas de los contratos de seguro, para valuar el contrato se recurre a información histórica que permita encontrar una regularidad estadística y, por lo tanto, otorgue una probabilidad de ocurrencia a cada escenario. En este caso, entonces, el problema será conocer cómo trabajar con estos
datos y qué tipo de datos resultan confi ables. Al utilizar técnicas actuariales, tendremos en cuenta entonces información del pasado para otorgar un valor justo a una contingente erogación de fondos futura. El componente estocástico de estos instrumentos será el valor que tome el índice climático.
lunes, 12 de marzo de 2012
Mercado (IV)
El gráfi co 1 refl eja la evolución del volumen negociado de derivados relacionados con el clima. Con la fi nalidad de actualizar los datos anteriores, puede observarse el volumen negociado en Octubre 2008 respecto al correspondiente al mismo mes del año anterior. Si bien a octubre de 2007 el volumen negociado para todos los productos climáticos era de 808.727 contratos (superando el volumen de 2006) los datos de 2008
reflejan una disminución del 12.4% respecto de ese valor. Considerando únicamente datos mensuales (Octubre 2007 versus Octubre 2008) la caída del volumen fue del 64.8% mientras que la del Open Interest fue de un 31.4%7.
Al observar la caída en los niveles de operaciones no es indiferente a los mismos el contexto de crisis contemporáneo. El volumen de operaciones puede servir como indicador de la persistencia de determinada tendencia en el precio de los instrumentos.
En situaciones en donde los valores de mercado son muy bajos y existe incertidumbre, el volumen suele ser bajo. Por otra parte, al mirar el open interest podemos interpretar que el crecimiento en su valor implica que aumenta el nivel de fondos en el mercado mientras que un decrecimiento signifi ca que el número de posiciones que se cierra es mayor que el de posiciones que se abren: el mercado se está liquidando
y puede esperarse un cambio en la tendencia de precios. Esto es lo que parece haber sucedido en Octubre 2008 donde el decrecimiento también se manifi esta respecto a septiembre.
reflejan una disminución del 12.4% respecto de ese valor. Considerando únicamente datos mensuales (Octubre 2007 versus Octubre 2008) la caída del volumen fue del 64.8% mientras que la del Open Interest fue de un 31.4%7.
Al observar la caída en los niveles de operaciones no es indiferente a los mismos el contexto de crisis contemporáneo. El volumen de operaciones puede servir como indicador de la persistencia de determinada tendencia en el precio de los instrumentos.
En situaciones en donde los valores de mercado son muy bajos y existe incertidumbre, el volumen suele ser bajo. Por otra parte, al mirar el open interest podemos interpretar que el crecimiento en su valor implica que aumenta el nivel de fondos en el mercado mientras que un decrecimiento signifi ca que el número de posiciones que se cierra es mayor que el de posiciones que se abren: el mercado se está liquidando
y puede esperarse un cambio en la tendencia de precios. Esto es lo que parece haber sucedido en Octubre 2008 donde el decrecimiento también se manifi esta respecto a septiembre.
domingo, 11 de marzo de 2012
Mercado (III)
El creciente interés en estas alternativas de cobertura permitió a los mercados estandarizar estos contratos, siendo precursor en este aspecto el CME en 1999 con los primeros contratos sobre temperatura de distintas ciudades de Estados Unidos. Con la estandarización entran en el mercado nuevos participantes: tenedores de acciones sobre empresas cuyo resultado depende del clima pueden disminuir el riesgo de su cartera incorporando instrumentos que correlacionen negativamente con su posición tomada. En 1999 se crea también la Weather Risk Management Asociation4 con el fin de promover el crecimiento de estas operaciones y generar propuestas para su óptimo funcionamiento (acceso a datos meteorológicos, estandarización de documentos, promoción a través de información). Entre los miembros de esta asociación encontramos bancos, reaseguradoras, compañías de inversión, proveedores de gas y compañías de energía, mostrando entonces el espectro de los diferentes usuarios de estos productos.
Es importante en esta reseña mencionar también a las catastrophe options lanzadas por el CBOT en Diciembre de 1993. Estos instrumentos vinculados con el clima fueron el primer antecedente de este tipo en los mercados estandarizados. Sin embargo, los mismos eran similares a los seguros porque requerían al tenedor que demostrara que se trataba de un instrumento de cobertura y que existía un interés económico al
momento de adquirirla: en caso de producirse el evento que generaba el pay off debía demostrarse que se había sufrido una pérdida y que esta era consecuencia directa de alguno de los nueve eventos catastrófi cos enumerados.
El crecimiento de las operaciones dentro de mercados estandarizados puede observarse claramente a través del crecimiento del Open Interest5 dentro de CME o el incremento en el volumen de operaciones6 . Este crecimiento obedece tanto a el mejor conocimiento de los usuarios respecto a los contratos como también a la búsqueda de una mayor seguridad en la cobertura tras la quiebra de Enron.
Es importante en esta reseña mencionar también a las catastrophe options lanzadas por el CBOT en Diciembre de 1993. Estos instrumentos vinculados con el clima fueron el primer antecedente de este tipo en los mercados estandarizados. Sin embargo, los mismos eran similares a los seguros porque requerían al tenedor que demostrara que se trataba de un instrumento de cobertura y que existía un interés económico al
momento de adquirirla: en caso de producirse el evento que generaba el pay off debía demostrarse que se había sufrido una pérdida y que esta era consecuencia directa de alguno de los nueve eventos catastrófi cos enumerados.
El crecimiento de las operaciones dentro de mercados estandarizados puede observarse claramente a través del crecimiento del Open Interest5 dentro de CME o el incremento en el volumen de operaciones6 . Este crecimiento obedece tanto a el mejor conocimiento de los usuarios respecto a los contratos como también a la búsqueda de una mayor seguridad en la cobertura tras la quiebra de Enron.
sábado, 10 de marzo de 2012
Mercado (II)
En los párrafos anteriores se ilustran dos ejemplos en los cuales las necesidades de la actividad económica dieron lugar a la aparición de instrumentos que hoy conocemos como forwards. En todos los casos el instrumento derivaba en la cancelación de la obligación contra entrega del bien establecido: un producto agropecuario o un monto en determinada moneda. La aparición de los contratos de futuro vendría mucho
después, en el siglo XIX, con la aparición en Chicago del Chicago Board of Trade (CBOT) y del Chicago Mercantile Exchange (CME). Los contratos futuros se diferenciaban de los forwards porque el mercado estandarizaba los elementos principales del contrato, reduciendo el número de aspectos a negociar entre compradores y vendedores.
Una de las causas que motivó su aparición fue la de establecer reglas claras al momento de la negociación, en respuesta al incumplimiento de contratos en elpasado por parte de distintos comerciantes. La fi nalidad principal de estos mercados era, y continúa siendo, la de establecer reglas y pautas al momento de contratar así como actuar como agente intermediario entre compradores y vendedores: cada parte negocia con el mercado y no entre sí.
El mismo recorrido puede observarse en el caso de los derivados climáticos. La primera operación fue realizada OTC entre dos compañías de energía en Agosto de 1996, con fi nes exclusivamente de cobertura frente a riesgos. El impacto de las condiciones climáticas sobre las diferentes actividades hizo que este antecedente no quedara en anécdota sino que motivara la realización de otras transacciones del mismo
estilo. La mayor parte de estos contratos se continúa realizando entre empresas energéticas pero también es fuerte la participación de reaseguradores que requieren de la diversifi cación de sus riesgos, de empresas cuya volumen de demanda se encuentra sujeto al clima (comerciantes de bebidas) y también de productores agropecuarios y aseguradoras que ven en este mercado una alternativa al seguro y reaseguro respectivamente.
después, en el siglo XIX, con la aparición en Chicago del Chicago Board of Trade (CBOT) y del Chicago Mercantile Exchange (CME). Los contratos futuros se diferenciaban de los forwards porque el mercado estandarizaba los elementos principales del contrato, reduciendo el número de aspectos a negociar entre compradores y vendedores.
Una de las causas que motivó su aparición fue la de establecer reglas claras al momento de la negociación, en respuesta al incumplimiento de contratos en elpasado por parte de distintos comerciantes. La fi nalidad principal de estos mercados era, y continúa siendo, la de establecer reglas y pautas al momento de contratar así como actuar como agente intermediario entre compradores y vendedores: cada parte negocia con el mercado y no entre sí.
El mismo recorrido puede observarse en el caso de los derivados climáticos. La primera operación fue realizada OTC entre dos compañías de energía en Agosto de 1996, con fi nes exclusivamente de cobertura frente a riesgos. El impacto de las condiciones climáticas sobre las diferentes actividades hizo que este antecedente no quedara en anécdota sino que motivara la realización de otras transacciones del mismo
estilo. La mayor parte de estos contratos se continúa realizando entre empresas energéticas pero también es fuerte la participación de reaseguradores que requieren de la diversifi cación de sus riesgos, de empresas cuya volumen de demanda se encuentra sujeto al clima (comerciantes de bebidas) y también de productores agropecuarios y aseguradoras que ven en este mercado una alternativa al seguro y reaseguro respectivamente.
viernes, 9 de marzo de 2012
Mercado (I)
Si se analiza la evolución del mercado de derivados puede observarse que los distintos productos fueron surgiendo en base a las necesidades propias de distintas actividades.
Los contratos de derivados se iniciaron como instrumentos para facilitar préstamos en el intercambio de activos. Ya en la era babilónica los templos actuaban como intermediarios en contratos de préstamo de commodities (productos agropecuarios en este caso), con una tasa de interés dada y un plazo prefi jado: una persona tomaba un determinado producto y se comprometía a devolver una proporción mayor del mismo
producto en un determinado plazo. Esta operatoria es similar a adquirir en el mercado spot una determinada cantidad del activo y vender a futuro (y al mismo precio) una cantidad mayor. De manera similar a la anterior, los primeros antecedentes de los derivados sobre moneda aparecen como resultado de la evolución de los cambiums del Siglo XIV, período en el cual la conexión entre los diferentes países europeos se daba
a partir del comercio. Cada uno de los centros comerciales tenía su propia moneda y en cada uno de los mercados se negociaba en la moneda local. Los comerciantes, entonces, tenían (tal como hoy) un riesgo de cambio al interactuar en mercados distintos al propio. El cambium implicaba dos movimientos:
- El pago de fondos en una determinada zona y a una determinada moneda
- El repago de esos fondos en un lugar diferente y en una moneda distinta
Con el tiempo, estos contratos fueron reemplazados por un instrumento fi nanciero al cual se llamó lettera di pagamento que luego derivó en lo que hoy conocemos como letra de cambio. Una letra de cambio era comprada por el prestamista en una moneda y el repago se producía ante la presentación de la misma en una moneda y lugar geográfi co distinto. El tenor de estos instrumentos dependía, en general, del tiempo que el comerciante demoraba en viajar desde su lugar de origen y hasta el lugar en donde iba a reclamar los fondos. En la letra de cambio se especifi caba entonces el tiempo en el cual podía hacerse efectivo el pago, de la misma manera en la que se fi jaba el importe al cual se tenía derecho contra su presentación. ¿A qué puede asimilarse la letra de cambio? A un contrato forward prepago. Se establece a qué tipo de cambio y en qué momento futuro se comprará determinada moneda (contrato forward sobre moneda) pero el pago del monto pactado contra entrega de la moneda se hace al estructurarse el contrato y no al momento de la entrega. Con
el correr del tiempo, mercados organizados para el intercambio de letras de cambio surgieron en los principales centros comerciales. Así, estos instrumentos comenzaron a negociarse y estandarizarse.
Los contratos de derivados se iniciaron como instrumentos para facilitar préstamos en el intercambio de activos. Ya en la era babilónica los templos actuaban como intermediarios en contratos de préstamo de commodities (productos agropecuarios en este caso), con una tasa de interés dada y un plazo prefi jado: una persona tomaba un determinado producto y se comprometía a devolver una proporción mayor del mismo
producto en un determinado plazo. Esta operatoria es similar a adquirir en el mercado spot una determinada cantidad del activo y vender a futuro (y al mismo precio) una cantidad mayor. De manera similar a la anterior, los primeros antecedentes de los derivados sobre moneda aparecen como resultado de la evolución de los cambiums del Siglo XIV, período en el cual la conexión entre los diferentes países europeos se daba
a partir del comercio. Cada uno de los centros comerciales tenía su propia moneda y en cada uno de los mercados se negociaba en la moneda local. Los comerciantes, entonces, tenían (tal como hoy) un riesgo de cambio al interactuar en mercados distintos al propio. El cambium implicaba dos movimientos:
- El pago de fondos en una determinada zona y a una determinada moneda
- El repago de esos fondos en un lugar diferente y en una moneda distinta
Con el tiempo, estos contratos fueron reemplazados por un instrumento fi nanciero al cual se llamó lettera di pagamento que luego derivó en lo que hoy conocemos como letra de cambio. Una letra de cambio era comprada por el prestamista en una moneda y el repago se producía ante la presentación de la misma en una moneda y lugar geográfi co distinto. El tenor de estos instrumentos dependía, en general, del tiempo que el comerciante demoraba en viajar desde su lugar de origen y hasta el lugar en donde iba a reclamar los fondos. En la letra de cambio se especifi caba entonces el tiempo en el cual podía hacerse efectivo el pago, de la misma manera en la que se fi jaba el importe al cual se tenía derecho contra su presentación. ¿A qué puede asimilarse la letra de cambio? A un contrato forward prepago. Se establece a qué tipo de cambio y en qué momento futuro se comprará determinada moneda (contrato forward sobre moneda) pero el pago del monto pactado contra entrega de la moneda se hace al estructurarse el contrato y no al momento de la entrega. Con
el correr del tiempo, mercados organizados para el intercambio de letras de cambio surgieron en los principales centros comerciales. Así, estos instrumentos comenzaron a negociarse y estandarizarse.
jueves, 8 de marzo de 2012
Frost day
En este caso lo que se mide no es un nivel promedio o acumulado de temperaturas o nevadas sino que lo que se considera es la cantidad de días que pueden considerarse como “frost”. Un “Frost Day” se defi ne a partir de condiciones establecidas en el contrato. En el caso del contrato negociado en CME , un frost se define como aquel en el cual se verifi ca alguna de las siguientes condiciones para determinada época: la temperatura a las siete de la mañana es menor a los - 3.5ºC y a las diez es menor a los -1.5ºC ó si a las siete y a las diez de la mañana la temperatura no alcanza los -0.5ºC.
Se ha presentado en esta sección el concepto de los instrumentos sobre los que se estará trabajando a lo largo del trabajo. Se han analizado los distintos tipos de contrato y las variantes existentes para su utilización. A continuación se tratará otro punto importante, ¿cuánto se está dispuesto a pagar por la cobertura?
Se ha presentado en esta sección el concepto de los instrumentos sobre los que se estará trabajando a lo largo del trabajo. Se han analizado los distintos tipos de contrato y las variantes existentes para su utilización. A continuación se tratará otro punto importante, ¿cuánto se está dispuesto a pagar por la cobertura?
miércoles, 7 de marzo de 2012
Monthly Snowfall
Se defi ne como la cantidad total de nieve precipitada durante un período determinado. Este índice mide la cantidad de nieve caída en una determinada zona y se utiliza para actividades tales como centros de esquí o para eventos específi cos en donde la caída excesiva de nieve pueda generar la suspensión de los mismos.
martes, 6 de marzo de 2012
Índices (II)
Si se toma como referencia el caso de una compañía dedicada a la venta de equipos de aire acondicionado, la misma verá disminuidos sus ingresos durante el verano si se presentan temperaturas más bajas que lo habitual. Tomando un Put sobre CDD (PayOff = h×Max (K −CDD,0)) podrá recibir del mercado ingresos cuando
la variación de la temperatura por encima de los 18ºC no alcance el nivel fi jado en el contrato (K). De esta manera, cuando los ingresos de la compañía en función de su actividad principal sean inferiores a lo esperado (por disminución de las ventas ante veranos no sufi cientemente cálidos) esto podrá compensarse con los ingresos derivados del contrato.
También vinculado con la temperatura, este índice muestra el acumulado de las
temperaturas medias diarias para el período considerado
la variación de la temperatura por encima de los 18ºC no alcance el nivel fi jado en el contrato (K). De esta manera, cuando los ingresos de la compañía en función de su actividad principal sean inferiores a lo esperado (por disminución de las ventas ante veranos no sufi cientemente cálidos) esto podrá compensarse con los ingresos derivados del contrato.
También vinculado con la temperatura, este índice muestra el acumulado de las
temperaturas medias diarias para el período considerado
lunes, 5 de marzo de 2012
Índices (I)
Hasta este punto se ha hecho referencia a las distintas alternativas para establecer la relación entre las partes como también las variantes al momento de defi nir el tipo de contrato. A continuación se mencionan los índices climáticos más difundidos en los mercados organizados.
En el caso de estos dos índices anteriores, N hace referencia a la cantidad de días por los cuales está establecido el contrato, i T se refi ere a la temperatura media del día i del contrato y los 18ºC se utilizan como medida estándar (a pesar de que podríamos utilizar cualquier valor como referencia). Lo que están mostrando estos índices es la variación promedio de la temperatura, durante el período analizado, por encima (CDD)
o por debajo (HDD) de los 18ºC. La utilización de estos nombres para los índices tiene su origen en el propósito inicial al cual sirvieron estos instrumentos. Como ya se ha mencionado, fueron las empresas de energía las que realizaron las primeras operaciones de derivados climáticos. Cuanto mayor el valor de CDD, mayor la necesidad de energía para refrigeración (cooling) mientras que cuanto mayor el valor de HDD, mayor la necesidad de combustible para calefacción (heating). En general, se utilizan contratos
vinculados a CDD durante el verano y a HDD en el invierno.
En el caso de estos dos índices anteriores, N hace referencia a la cantidad de días por los cuales está establecido el contrato, i T se refi ere a la temperatura media del día i del contrato y los 18ºC se utilizan como medida estándar (a pesar de que podríamos utilizar cualquier valor como referencia). Lo que están mostrando estos índices es la variación promedio de la temperatura, durante el período analizado, por encima (CDD)
o por debajo (HDD) de los 18ºC. La utilización de estos nombres para los índices tiene su origen en el propósito inicial al cual sirvieron estos instrumentos. Como ya se ha mencionado, fueron las empresas de energía las que realizaron las primeras operaciones de derivados climáticos. Cuanto mayor el valor de CDD, mayor la necesidad de energía para refrigeración (cooling) mientras que cuanto mayor el valor de HDD, mayor la necesidad de combustible para calefacción (heating). En general, se utilizan contratos
vinculados a CDD durante el verano y a HDD en el invierno.
domingo, 4 de marzo de 2012
Contratos
Los derivados climáticos pueden estructurarse de igual manera que cualquier otro derivado financiero dependiendo de cuál sea el objeto de la cobertura. El tipo de contrato va a ser defi nido en base a la relación existente entre el valor del índice climático y el pay off. Pueden mencionarse los siguientes contratos básicos:
Mientras que en el caso de un Call o de un Put, no existe la posibilidad de pérdida de fondos al vencimiento, por el contrario, el tenedor de un Swap está obligado a efectuar un pago a la contraparte si el valor del índice climático es inferior al defi nido como strike2.A partir de las estructuras anteriores, cada parte podrá formar una estrategia de cobertura combinando distintas posiciones. En general, con la fi nalidad de generar liquidez, en los mercados organizados suelen otorgar un valor pequeño a “h” de manera tal que distintos usuarios puedan ajustar su posición a su riesgo y este ajuste se haga con la mayor cantidad de instrumentos posibles.
Mientras que en el caso de un Call o de un Put, no existe la posibilidad de pérdida de fondos al vencimiento, por el contrario, el tenedor de un Swap está obligado a efectuar un pago a la contraparte si el valor del índice climático es inferior al defi nido como strike2.A partir de las estructuras anteriores, cada parte podrá formar una estrategia de cobertura combinando distintas posiciones. En general, con la fi nalidad de generar liquidez, en los mercados organizados suelen otorgar un valor pequeño a “h” de manera tal que distintos usuarios puedan ajustar su posición a su riesgo y este ajuste se haga con la mayor cantidad de instrumentos posibles.
sábado, 3 de marzo de 2012
Riesgo Base
Si bien la mayor parte de los derivados continúa hoy realizándose bajo la metodología OTC, existen también mercados organizados en donde se negocian estos instrumentos.
Los más importantes a nivel internacional son CME (Chicago Mercantile Exchange) y LIFFE (London International Financial Futures and Options Exchange). En estos mercados los derivados disponibles son acotados. El riesgo base aparece al tener la posibilidad de realizar contratos derivados cuando no existe el subyacente necesario o cuando los vencimientos disponibles no coinciden con el requerimiento.
El riesgo base se presenta cuando quiere utilizarse al derivado como cobertura para determinada posición y se presenta alguna de las siguientes situaciones:
- El activo sobre el que se estructura el contrato es distinto al cual se tiene posición (por ejemplo un futuro sobre un índice representativo de los movimientos de la bolsa para cubrirse frente a una determinada cartera de acciones)
- Incertidumbre respecto del momento para el cual necesita la cobertura
- Necesidad de cerrar la posición antes del vencimiento
La base es en estos casos la diferencia entre el precio spot del activo del cual se necesita cobertura y el precio futuro convenido en el contrato. Cuando se trabaja con derivados climáticos y el contrato no se estructura entre las partes sino en base a la oferta en mercados estructurados el riesgo base aparece cuando el instrumento se refi ere al indicador climático medido en determinada ciudad y la cobertura se necesita para otra zona. Es imposible que en el mercado haya liquidez sufi ciente para todas las localidades
y para todos los tipos de contratos. En consecuencia, al momento de elegir el contrato, cada parte deberá tener en cuenta la correlación existente entre el clima en la zona en la cual necesita cobertura y aquella que fi gura en el contrato. La base entre las diferentes ciudades se mide en este caso en función de la diferencia que exista en el indicador elegido entre ambas.
Los más importantes a nivel internacional son CME (Chicago Mercantile Exchange) y LIFFE (London International Financial Futures and Options Exchange). En estos mercados los derivados disponibles son acotados. El riesgo base aparece al tener la posibilidad de realizar contratos derivados cuando no existe el subyacente necesario o cuando los vencimientos disponibles no coinciden con el requerimiento.
El riesgo base se presenta cuando quiere utilizarse al derivado como cobertura para determinada posición y se presenta alguna de las siguientes situaciones:
- El activo sobre el que se estructura el contrato es distinto al cual se tiene posición (por ejemplo un futuro sobre un índice representativo de los movimientos de la bolsa para cubrirse frente a una determinada cartera de acciones)
- Incertidumbre respecto del momento para el cual necesita la cobertura
- Necesidad de cerrar la posición antes del vencimiento
La base es en estos casos la diferencia entre el precio spot del activo del cual se necesita cobertura y el precio futuro convenido en el contrato. Cuando se trabaja con derivados climáticos y el contrato no se estructura entre las partes sino en base a la oferta en mercados estructurados el riesgo base aparece cuando el instrumento se refi ere al indicador climático medido en determinada ciudad y la cobertura se necesita para otra zona. Es imposible que en el mercado haya liquidez sufi ciente para todas las localidades
y para todos los tipos de contratos. En consecuencia, al momento de elegir el contrato, cada parte deberá tener en cuenta la correlación existente entre el clima en la zona en la cual necesita cobertura y aquella que fi gura en el contrato. La base entre las diferentes ciudades se mide en este caso en función de la diferencia que exista en el indicador elegido entre ambas.
viernes, 2 de marzo de 2012
Instrumentos Derivados Climaticos (IV)
Cuando el contrato se estructura entre partes (Over the Counter, de ahora en más OTC ) ambas defi nen, conforme a sus necesidades, cada una de las características.
Esto requiere, claramente, que el efecto climático sea distinto sobre su actividad o, alternativamente, que la actuación en el contrato le reporte una disminución en el riesgo total de la compañía. Adicionalmente, cuando se defi ne el contrato debe hacerse referencia al vínculo entre el índice elegido y el impacto económico de los desvíos, éste debe ser similar para ambas partes. Otra limitación de los contratos OTC es que al mismo tiempo en que tomarlo signifi ca una disminución del riesgo climático hay, como contrapartida, un incremento del riesgo de crédito (riesgo de pérdida por incumplimiento contractual de la contraparte). Este riesgo ha tomado mayor importancia tras la quiebra de Enron a fi nales del año 2001, especialmente si se tiene en cuenta que la mayoría de los participantes en el mercado de derivados climáticos son empresas relacionadas con la actividad energética (Enron originalmente se dedicó a la transmisión y distribución de electricidad y gas) y que la primera operatoria de derivados climáticos fue entre esta empresa y Florida Power & Light en agosto de 1996. En consecuencia, no es poco usual que se actúe de manera conjunta en el mercado OTC
de derivados climáticos y, al mismo tiempo, se tome alguna cobertura de riesgo de crédito (ver Brocket, Wang, Yang, 2005)
Esto requiere, claramente, que el efecto climático sea distinto sobre su actividad o, alternativamente, que la actuación en el contrato le reporte una disminución en el riesgo total de la compañía. Adicionalmente, cuando se defi ne el contrato debe hacerse referencia al vínculo entre el índice elegido y el impacto económico de los desvíos, éste debe ser similar para ambas partes. Otra limitación de los contratos OTC es que al mismo tiempo en que tomarlo signifi ca una disminución del riesgo climático hay, como contrapartida, un incremento del riesgo de crédito (riesgo de pérdida por incumplimiento contractual de la contraparte). Este riesgo ha tomado mayor importancia tras la quiebra de Enron a fi nales del año 2001, especialmente si se tiene en cuenta que la mayoría de los participantes en el mercado de derivados climáticos son empresas relacionadas con la actividad energética (Enron originalmente se dedicó a la transmisión y distribución de electricidad y gas) y que la primera operatoria de derivados climáticos fue entre esta empresa y Florida Power & Light en agosto de 1996. En consecuencia, no es poco usual que se actúe de manera conjunta en el mercado OTC
de derivados climáticos y, al mismo tiempo, se tome alguna cobertura de riesgo de crédito (ver Brocket, Wang, Yang, 2005)
jueves, 1 de marzo de 2012
Instrumentos Derivados Climaticos (III)
Una de las principales características en la estructuración de estos instrumentos es que la variable climática no tiene un valor monetario en si misma por lo que al momento de defi nir el pay off del contrato debe hacerse referencia no sólo al valor que tome la variable elegida sino también defi nir una relación indicador – valor económico. Esto es, si para defi nir el pay off de un call europeo sobre una acción sin dividendos nos basta con hacer referencia al precio de mercado de una acción al momento de ejercicio, en un call sobre un índice climático I se requerirá conocer el valor real del índice al momento del ejercicio y el monto que se pagará por cada unidad de diferencia que exista entre el valor tomado como strike y el efectivamente observado. La notación en cada uno de los casos sería:
Una observación que puede hacerse sobre estos instrumentos, y que debe ser tenida en consideración al momento de negociar un derivado, es que debe existir una mediciónobjetiva de la variable sobre la que se estructure el contrato de manera tal de que no esté en discusión el pay off del mismo al momento del vencimiento. Esto se logra, en el caso del derivado climático, defi niendo cuál es la estación meteorológica de la cual se considerará el índice como el efectivamente acontecido en el período.
Para que pueda estructurarse un derivado climático será entonces necesario defi nir:
- Tipo de contrato del cual se trata (Call, Put, Call Spread, Swap, Collars).
- Período dentro del cual tiene vigencia.
- Índice climático sobre el que se estructura.
- Estación meteorológica que se tomará como referencia para la medición del
valor del índice.
- Relación monetaria entre el indicador y el pay-off.
- Valor defi nido como strike para el caso de un call o un put o defi nición de un
“índice de ejercicio” para el caso de un swap.
Una observación que puede hacerse sobre estos instrumentos, y que debe ser tenida en consideración al momento de negociar un derivado, es que debe existir una mediciónobjetiva de la variable sobre la que se estructure el contrato de manera tal de que no esté en discusión el pay off del mismo al momento del vencimiento. Esto se logra, en el caso del derivado climático, defi niendo cuál es la estación meteorológica de la cual se considerará el índice como el efectivamente acontecido en el período.
Para que pueda estructurarse un derivado climático será entonces necesario defi nir:
- Tipo de contrato del cual se trata (Call, Put, Call Spread, Swap, Collars).
- Período dentro del cual tiene vigencia.
- Índice climático sobre el que se estructura.
- Estación meteorológica que se tomará como referencia para la medición del
valor del índice.
- Relación monetaria entre el indicador y el pay-off.
- Valor defi nido como strike para el caso de un call o un put o defi nición de un
“índice de ejercicio” para el caso de un swap.
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