La Prima de Mercado calculada en base a la diferencia entre el retorno del S&P
500 y los T-Bills, entre 1926 a 1997, asciende a 9.2%. La Prima de Mercado
obtenida en base a estos mismos retornos pero correspondientes a los últimos 50
años [1948-1997] asciende a 9%. Como se aprecia, la diferencia es bastante leve.
Una Prima de Mercado de entre 8 y 9% parece ser consistente con otro tipo de
evidencias [Brealey 2000:159]. Por ejemplo, Harris & Martson [1992] encontraron
una Prima de Mercado de alrededor de 8.5% para el periodo comprendido entre
1982 y 1991, hallada en base a los pronósticos de crecimiento y la fórmula del
flujo de caja descontado bajo crecimiento constante (constant-growth DCF
formula). En opinión de Brealey, esto parecería indicar que nos encontramos cerca
de la Prima de Mercado “verdadera”.
Algunos analistas proponen el uso de periodos más breves para el cálculo de la
Prima de Mercado. Esta posición se basa en que se observa un descenso en la
Prima de Mercado calculada con data a partir de los años sesenta hasta la
actualidad. Sin embargo, Brealey [2000:155] afirma que examinar un período más
breve de tiempo introduce mayor “ruido” estadístico. Damodarán [2002:161]
agrega que períodos más breves de tiempo poseen un mayor error estándar, lo que
se aprecia en el siguiente cuadro:
La volatilidad de la Prima de Mercado para el periodo 1928-2002 asciende a
20.53%. En el cuadro se aprecian cual sería el error estándar si se considerasen
sólo los últimos 5 años para estimar la Prima de Mercado. Recordemos que el
error estándar se calcula mediante la siguiente fórmula:
Para conseguir una Prima de Mercado con un error estándar aceptable se requiere
un mayor número de años. El beneficio de obtener una Prima de Mercado más
“actualizada” utilizando una data menor acarrea consigo un costo demasiado alto:
un error estándar no aceptable.
Más aún, este es el error estándar calculado bajo el supuesto de que los retornos
son independientes entre sí. Sin embargo, un análisis de la data histórica
agrupando los retornos en periodos de 5 años confirma la suposición de que los
retornos de mercado presentan una autocorrelación negativa, es decir, que después
de un periodo de años “buenos” le sigue un periodo de años “malos” [Damodaran
2002]. La consecuencia de esta autocorrelación es que el error estándar se hace
aún más pronunciado cuando se analizan periodos más breves de tiempo.
Brealey [2000:160] concluye afirmando que no tiene una posición “oficial” sobre
la determinación de la Prima de Mercado, pero que considera que ésta se ubica
entre un rango de 6 a 8.5%, sintiéndose más proclive a utilizar una Prima de
Mercado ubicada en el límite superior de este rango.
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