Si bien no existen reglas específicas ni tenemos una “bola de cristal” para realizar la
proyección, contamos con una serie de puntos de apoyo que pueden servirnos como guía, los
cuales describimos a continuación.
El comportamiento de la empresa en el pasado:
Si bien el comportamiento histórico nos da una perspectiva de lo ocurrido dentro del período
estudiado, lo relevante son los supuestos detrás de las proyecciones. Antes de proyectar el
desempeño de la firma, conviene realizar un análisis de las siguientes variables:
• Las ventas y su evolución en los últimos años
• La proporción que representan los distintos rubros del estado económico en relación a las
ventas y como se prevé que seguirá dicha proporción en el futuro: La distinción entre costos
fijos y variables suele ser importante.
• La tasa de interés promedio que la firma espera pagar en el futuro
• La antigüedad de los rubros de generación espontánea: cuentas a cobrar, cuentas a pagar e
inventarios.
• Los rubros que no son de generación espontánea: bienes de uso, inversiones transitorias,
otros activos y pasivos, etc.
• Ponderar cualquier hecho futuro que pueda afectar el funcionamiento de la empresa hacia
delante.
• El buen juicio del analista.
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