Un bono de estas características le da al inversor la posibilidad de venderle el bono al emisor a un determinado precio de ejercicio, que al igual que con los callbale bonds, está muy cerca de la par. Esto se da en general cuando con posterioridad a la emisión del bono, las condiciones de mercado empeoran para la empresa. En este caso el precio no caerá abruptamente sino que debería mantenerse cerca del precio de ejercicio por la posibilidad de ser vendido a la empresa muy cerca de la par. Es común poner esta cláusula cuando un emisor quiere salir al mercado a colocar bonos a un plazo que el mercado considera muy largo; se le pone uno o más puts a plazos más cortos satisfaciendo la demanda. También es muy común en las obligaciones negociables y los eurobonos.
Veamos gráficamente la trayectoria de un bono sin opciones así como de los callables y putables bonds Es importante tener esta cláusula en cuenta principalmente a la hora de calcular las medidas de rendimiento y riesgo, en donde se debe ser conservador y calcular tanto la TIR así como las medidas de riesgo al momento del call y del put, como se verá posteriormente.
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