UNA META MÁS GENERAL
Dado que la meta es de maximizar el valor de las acciones, surge una pregunta muy obvia: ¿cuál es la meta apropiada cuando la empresa no ha negociado acciones? Ciertamente, las corporaciones no son el único tipo de negocios, y las acciones de muchas corporaciones rara vez cambian de manos, por lo tanto, es difícil establecer el valor por acción en cualquier momento determinado.
En tanto se habla de negocios con finalidades de lucro, sólo se necesitará de una ligera modificación. El valor total de las acciones de una corporación es simplemente igual al valor del capital contable de los propietarios. Por consiguiente, una forma más general de establecer la meta de la administración financiera es la siguiente:
Maximizar el valor de mercado del capital actual de los propietarios.
Con ello en mente, no importa si el negocio es persona física, sociedad o corporación. En cada caso, las buenas decisiones financieras incrementan el valor de mercado del capital de los propietarios y las deficientes lo disminuyen.
Finalmente, la meta establecida no implica que el administrador financiero deba realizar acciones ilegales o sin ética con la esperanza de incrementar el valor del capital de la empresa. Lo que se quiere decir es que el administrador financiero servirá mejor a los intereses de los propietarios del negocio, identificando aquellos bienes y servicios que añaden valor a la empresa porque sean deseados y valuados en el mercado.
Dado que la meta es de maximizar el valor de las acciones, surge una pregunta muy obvia: ¿cuál es la meta apropiada cuando la empresa no ha negociado acciones? Ciertamente, las corporaciones no son el único tipo de negocios, y las acciones de muchas corporaciones rara vez cambian de manos, por lo tanto, es difícil establecer el valor por acción en cualquier momento determinado.
En tanto se habla de negocios con finalidades de lucro, sólo se necesitará de una ligera modificación. El valor total de las acciones de una corporación es simplemente igual al valor del capital contable de los propietarios. Por consiguiente, una forma más general de establecer la meta de la administración financiera es la siguiente:
Maximizar el valor de mercado del capital actual de los propietarios.
Con ello en mente, no importa si el negocio es persona física, sociedad o corporación. En cada caso, las buenas decisiones financieras incrementan el valor de mercado del capital de los propietarios y las deficientes lo disminuyen.
Finalmente, la meta establecida no implica que el administrador financiero deba realizar acciones ilegales o sin ética con la esperanza de incrementar el valor del capital de la empresa. Lo que se quiere decir es que el administrador financiero servirá mejor a los intereses de los propietarios del negocio, identificando aquellos bienes y servicios que añaden valor a la empresa porque sean deseados y valuados en el mercado.
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