martes, 25 de noviembre de 2008

METAS DE LA ADMINISTRACIÓN FINANCIERA (Parte II)

METAS POSIBLES (continuación)
La maximización de las utilidades sería probablemente la meta que se cita con mayor frecuencia: pero esta no representa un objetivo muy preciso. ¿Se quiere obtener utilidades en presente período? En caso de que así sea, se debe hacer que actividades como diferir el mantenimiento. Permitir que los inventarios se agoten, y tomar otras medias de reducción de costos a corto plazo tenderán a incrementar las utilidades a corto plazo, pero no son necesariamente deseables.
La meta de maximización de utilidades puede referirse a algún tipo de utilidades “a largo plazo” o a utilidades “promedio”, pero aún no está claro qué es lo que esto significa. Primero, ¿nos referimos a la utilidad contable o a las utilidades por acción? Segundo, ¿qué se quiere decir con el largo plazo? Como lo hizo notar una vez un famoso economista, (Keynes) en el largo plazo todos habremos muerto. Aún más, esta meta no indica cuál es la compensación apropiada entre las utilidades actuales y las futuras.
Todas las metas enumeradas son diferentes, pero tienden a caer en dos clases. La primera se relaciona con la rentabilidad. Todas las que se relacionan con las ventas, con la participación de mercado y con el control de los costos mantienen una relación, por lo menos de manera potencial, con las diferentes formas de ganar o incrementar las utilidades. Las metas del segundo grupo implican eliminar la posibilidad de caer en quiebra, así como mantener la estabilidad y la seguridad; se relacionan de alguna manera con el control de riesgo. Desafortunadamente, estos dos tipos de metas son un tanto contradictorios. La búsqueda de utilidades implica, por lo general, algún elemento de riesgo; en realidad, no es posible maximizar tanto la seguridad como las utilidades. Lo que se necesita entonces, es una meta que incluya ambos factores.

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