¿Cuál ha sido la evolución de los resultados de la empresa?
¿Cuáles son las perspectivas futuras de su evolución?
¿La tendencia de los beneficios supone crecimiento, estabilidad o declive?. ¿Existe alguna variabilidad o tendencia significativa?
¿Cuál es la posición financiera a corto plazo?. ¿Qué factores probablemente le afectarán en el próximo futuro?
¿Cuál es la estructura de capital de la empresa? ¿Qué riesgos y ventajas supone para el inversor?
¿Qué indica la comparación de los puntos anteriores con las demás empresas del sector?
En el caso de un banquero que juzgue a la empresa para decidir la concesión de un préstamo a corto plazo, puede añadir las siguientes cuestiones:
¿Cuáles son los motivos básicos de la necesidad de fondos de la empresa?. ¿Son realmente necesidades a corto plazo, y si así es, desaparecerán, por sí mismas?.
¿A partir de qué fuentes podrá la empresa obtener los fondos necesarios para el pago de los intereses y la devolución del principal?
¿Cómo ha manejado en el pasado la dirección sus necesidades a corto y largo plazo?
La dirección de la propia empresa añadirá preguntas relativas al control sobre la marcha de la misma.
Un paso muy importante, en cualquier proceso de toma de decisiones, es identificar las preguntas más significativas, pertinentes y críticas que afectan a la decisión. Pues bien, en función de estas cuestiones se podrá plantear la mejor manera de enfocar el análisis de los estados financieros.
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