Existen dos tipos de mercados secundarios: los de subasta y los de operadores. Generalmente los operadores compran y venden por su propia cuenta, y bajo su propio riesgo. Por ejemplo, un negociante de autos, compra y vende automóviles. En contraste, corredores y agentes coordinan y acoplan las necesidades de compradores y vendedores; pero en realidad no poseen el bien que es comprado o vendido. Un agente de bienes raíces, por ejemplo, normalmente no compra ni vende las casas que negocia.
Los mercados de operaciones en que se realizan las transacciones con acciones y deuda a largo plazo, reciben el nombre de mercados de ventas sobre el mostrador (MVM). La mayoría de las negociaciones que se realizan con instrumentos de endeudamiento ocurren sobre el mostrador. La expresión sobre el mostrador data de tiempos antiguos, cuando los valores literalmente eran comprados y vendidos sobre mostradores, en oficinas distribuidas en varias ciudades. Hoy en día, una fracción significativa del mercado de acciones y casi la totalidad del mercado de deudas a largo plazo no tienen una ubicación central; la gran cantidad de negociantes que participan en ellos se conectan entre sí de manera electrónica.
Los mercados de subasta difieren de los mercados de operadores en dos aspectos:
Primero: un mercado o bolsa de subastas tiene una ubicación física (como Wall Street).
Segundo: en un mercado de operadores, la mayor parte de las compras y ventas son realizadas por un intermediario. Por otra parte, el principal propósito de un mercado de subastas es coordinar entre sí a vendedores y compradores. Los agentes desempeñan un papel limitado.
Los mercados de operaciones en que se realizan las transacciones con acciones y deuda a largo plazo, reciben el nombre de mercados de ventas sobre el mostrador (MVM). La mayoría de las negociaciones que se realizan con instrumentos de endeudamiento ocurren sobre el mostrador. La expresión sobre el mostrador data de tiempos antiguos, cuando los valores literalmente eran comprados y vendidos sobre mostradores, en oficinas distribuidas en varias ciudades. Hoy en día, una fracción significativa del mercado de acciones y casi la totalidad del mercado de deudas a largo plazo no tienen una ubicación central; la gran cantidad de negociantes que participan en ellos se conectan entre sí de manera electrónica.
Los mercados de subasta difieren de los mercados de operadores en dos aspectos:
Primero: un mercado o bolsa de subastas tiene una ubicación física (como Wall Street).
Segundo: en un mercado de operadores, la mayor parte de las compras y ventas son realizadas por un intermediario. Por otra parte, el principal propósito de un mercado de subastas es coordinar entre sí a vendedores y compradores. Los agentes desempeñan un papel limitado.
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