Control de la empresa
El control de la empresa descansa en última instancia en los accionistas. Son ellos quienes eligen a la junta directiva, quien, a su vez, contrata y despide a los administradores. Ese hecho se hizo evidente en la experiencia de Steven Job en Apple. Aun cuando él había sido fundador de la corporación y era primordialmente responsable de sus productos más exitosos, llego un momento en que los accionistas, por medio de los directores electos, decidieron que Apple se encontraría en mejor posición sin él, por lo tanto, lo despidieron.
Un importante mecanismo que utilizan los accionistas descontentos para reemplazar a la administración existente, se conocer como lucha de poder. Un apoderado es un representante que recibe autoridad para votar por las acciones de un tercero. La lucha de poderes se desarrolla cuando un grupo solicita apoderados para reemplazar a la ajunta actual, y por ese conducto reemplaza a la administración existente.
Otra forma como puede ser reemplazada la administración es por medio de una adquisición empresarial. Aquellas empresas que son administradas con deficiencia son más atractivas como blancos de adquisiciones que las bien administradas, puesto que existe un mayor potencial de utilidades. De tal modo, evitar que la empresa sea adquirida por otra compañía, le proporciona a la administración otro incentivo para actuar en el mejor de los intereses de los accionistas.
Un importante mecanismo que utilizan los accionistas descontentos para reemplazar a la administración existente, se conocer como lucha de poder. Un apoderado es un representante que recibe autoridad para votar por las acciones de un tercero. La lucha de poderes se desarrolla cuando un grupo solicita apoderados para reemplazar a la ajunta actual, y por ese conducto reemplaza a la administración existente.
Otra forma como puede ser reemplazada la administración es por medio de una adquisición empresarial. Aquellas empresas que son administradas con deficiencia son más atractivas como blancos de adquisiciones que las bien administradas, puesto que existe un mayor potencial de utilidades. De tal modo, evitar que la empresa sea adquirida por otra compañía, le proporciona a la administración otro incentivo para actuar en el mejor de los intereses de los accionistas.